El fraude digital constituye un género de delitos contra la propiedad que se materializan mediante el empleo de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs). En esencia, implica la captación indebida de datos personales o financieros o el engaño suficiente a la víctima, con el objetivo ulterior de obtener un beneficio económico ilícito para el perpetrador, generando un correlativo perjuicio patrimonial a la persona damnificada.
Históricamente, el germen de estas prácticas se remonta a los albores de la masificación de internet, en las décadas de 1990 y 2000. Si bien las modalidades iniciales eran rudimentarias (como cadenas de correo electrónico), su sofisticación creció exponencialmente con el auge del e-commerce y la banca digital.
Obtención de credenciales de acceso (claves, datos bancarios) a través de comunicaciones o sitios web falsos.
Modalidades de phishing realizadas por vía telefónica o SMS, respectivamente.
Instalación de software malicioso para cifrar información o monitorear transacciones.
Suplantación de identidad para ordenar transferencias urgentes.
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El phishing es una forma de fraude digital. Imaginen que es una trampa de pesca que se arroja en internet.
Su objetivo principal es robar información confidencial. Buscan datos muy importantes: contraseñas, números de tarjetas, o claves secretas. El delincuente se hace pasar por una entidad legítima y confiable. Puede ser su banco, una tienda conocida, o incluso una empresa de streaming.
El engaño se basa en la suplantación de identidad. Intentan generar un sentimiento de urgencia o miedo en la víctima. Quieren que actúe sin pensar demasiado.
Existen varias formas en las que se manifiesta esta conducta ilícita:
Email Phishing: Es la modalidad más común. Reciben un correo electrónico falso. Les piden hacer clic en un enlace o descargar un archivo. Ese link lleva a una página web clonada. Ahí, si ingresan sus datos, el delincuente los obtiene.
Smishing (SMS Phishing): La trampa llega a través de un mensaje de texto (SMS). El mensaje dice, por ejemplo, que su cuenta será bloqueada. Les solicitan que ingresen a un número telefónico o a un enlace web.
Vishing (Voice Phishing): El engaño se realiza por medio de una llamada telefónica. El estafador se presenta como un empleado del banco. Utiliza sistemas automatizados o voz humana. Pregunta datos sensibles para una supuesta verificación de seguridad.
Spear Phishing: Es un ataque mucho más dirigido. No es una red lanzada al azar. Se dirige a una persona o un grupo específico. El mensaje está muy personalizado. Parece venir de un contacto conocido o de un jefe en el trabajo. Por ser tan detallado, es más difícil de detectar.
Whaling: Es la pesca de “ballenas”. Este ataque está dirigido a altos ejecutivos. Apunta a personas con gran poder de decisión y acceso a fondos importantes.
En resumen, nunca deben compartir sus claves si la solicitud viene de una fuente no verificada. Las empresas serias jamás solicitarán sus claves por email o mensaje.
El Vishing (Voice Phishing) es una maniobra delictiva que se ejecuta por vía telefónica. Es, en esencia, una estafa de voz.
El defraudador realiza una llamada y se hace pasar por un representante oficial. Puede simular ser personal de un banco, una agencia gubernamental o una compañía de servicios.
El objetivo es obtener información sensible directamente de la víctima. Buscan que el interlocutor revele claves, números de cuenta o datos de tarjetas de crédito.
Frecuentemente, utilizan la excusa de un problema urgente. Por ejemplo: “Se ha detectado una transacción sospechosa” o “Su cuenta será bloqueada si no verifica sus datos ahora”.
Para lograr mayor credibilidad, pueden usar técnicas como:
Spoofing Telefónico: Muestran en el identificador de llamadas un número legítimo (por ejemplo, el de su banco real). Esto engaña al receptor y aumenta la confianza.
Sistemas Automatizados (Robocalls): A veces, la llamada inicial es un mensaje grabado. Pide a la persona que presione un número para ser transferida a un “agente”.
El Vishing se aprovecha de la confianza natural que generamos al hablar con alguien por teléfono, disminuyendo el análisis crítico.
El Smishing (SMS Phishing) es la estafa perpetrada mediante mensajes de texto (SMS). La palabra combina SMS con phishing.
Funciona de manera muy similar al email phishing, pero usando su teléfono celular. Reciben un mensaje de texto inesperado y alarmante.
El mensaje casi siempre incluye un enlace web (URL). Este link redirige a una página falsa donde se solicitan datos personales o credenciales.
También puede solicitar la instalación de una aplicación. Si la instalan, pueden estar otorgando acceso a sus datos o permitiendo la instalación de malware.
Ejemplos comunes de Smishing son mensajes sobre:
Paquetes de envío que necesitan un pago de aduana urgente.
Premios o sorteos que han ganado y deben “reclamar” con sus datos.
Alertas bancarias pidiendo confirmar la identidad haciendo clic en un link.
La brevedad de los SMS y el hecho de que el teléfono es un dispositivo personal, hacen que el Smishing sea un método muy efectivo para generar reacción inmediata y burlar la seguridad.
El Malware Bancario (o Banking Malware) es un tipo de código malicioso (software dañino). Es diseñado específicamente para atacar cuentas bancarias y plataformas de pago online.
Imaginen que es un virus silencioso que busca entrar a su computadora o celular para espiar solo una cosa: sus transacciones financieras.
Su función principal es la sustracción de credenciales de acceso. Esto incluye nombres de usuario y contraseñas bancarias. Una vez que el delincuente tiene estas claves, puede vaciar la cuenta de la víctima.
El Malware Bancario opera de diversas maneras sofisticadas:
Keyloggers: Estos programas registran cada tecla que ustedes presionan. Si escriben su clave bancaria, el keylogger la captura y la envía al ciberdelincuente.
Captura de Pantalla (Screenshots): Pueden tomar imágenes de su home banking mientras están ingresando sus datos.
Web Injectors: Modifican el contenido de la página web de su banco mientras la están viendo. Pueden agregar un campo extra de contraseña o un aviso falso. Ustedes creen que están interactuando con el banco, pero están entregando datos directamente al atacante.
Troyanos Bancarios (Trojans): Se esconden dentro de aplicaciones o archivos inofensivos. Una vez instalado, el troyano espera a que el usuario inicie sesión en su banco para comenzar a robar la información.
Existe un subgrupo denominado Ransomware Bancario. En este caso, el software malicioso secuestra la información del dispositivo. Luego, exige un pago (rescate) para liberar el acceso a los archivos. Si bien el objetivo primario es el cobro del rescate, la interrupción de las operaciones y el riesgo de robo de datos lo vinculan directamente a los ataques financieros.
Es crucial recalcar que la instalación del malware a menudo se produce cuando se descargan archivos adjuntos sospechosos o se hace clic en enlaces maliciosos. La precaución y la higiene digital son las mejores defensas contra esta amenaza patrimonial.
La Estafa del CEO (también conocida como Fraude del Presidente o de la Autoridad) es una defraudación informática altamente especializada. No se dirige al público masivo, sino a empleados de empresas.
Su mecánica se basa en el engaño por suplantación de identidad. El delincuente se hace pasar por una figura de alto nivel jerárquico. Generalmente, simula ser el Director Ejecutivo (CEO), el Presidente o un Gerente de Área.
El objetivo es inducir al empleado a realizar una transferencia de fondos urgente y confidencial a una cuenta controlada por los estafadores.
Para que el engaño funcione, los estafadores utilizan una ingeniería social muy elaborada:
Urgentísima y Secreta: El atacante envía un correo electrónico o un mensaje (simulando ser el CEO) pidiendo una transferencia inmediata. Alegan una operación empresarial crítica, como una adquisición secreta o una auditoría inesperada. Piden la máxima discreción.
Suplantación Fidedigna: Previamente, los estafadores han realizado un estudio exhaustivo de la empresa. Conocen nombres reales, cargos y la estructura jerárquica. A menudo utilizan la técnica de Spoofing de Correo Electrónico. Esto hace que el email parezca venir exactamente de la dirección del CEO.
Falso Asesor Legal: En ocasiones, el falso CEO presenta a un supuesto abogado o asesor externo. Este tercero es el que se encarga de dar las instrucciones técnicas para la transferencia. Esto añade presión y credibilidad a la operación fraudulenta.
Existe una variante donde los delincuentes se hacen pasar por funcionarios públicos o miembros de la policía. Llaman a personas o empresas alegando deudas, multas, o investigaciones penales. Piden pagos rápidos para evitar el bloqueo de cuentas o un arresto inminente.
La clave de este fraude es la presión psicológica. Aprovechan el respeto por la autoridad o el miedo a las consecuencias legales para anular el juicio crítico de la víctima y forzar una acción económica inmediata. La regla es siempre verificar por canales oficiales cualquier solicitud urgente de transferencia.
Los Fraudes de Inversión y Trading son una categoría de estafa patrimonial que utiliza el engaño bursátil y financiero. Se basan en prometer ganancias extremadamente altas o rentabilidades improbables en muy poco tiempo.
El delincuente se presenta como un experto financiero, un gestor de capitales o una plataforma de trading innovadora. Crean una ilusión de seguridad y éxito garantizado para captar el dinero de la víctima.
El objetivo es convencer a las personas de que depositen o transfieran fondos para participar en una operación financiera ficticia.
Estos fraudes han evolucionado con las nuevas tecnologías, y sus mecanismos incluyen:
Esquemas Ponzi y Piramidales Digitales: Son la base de muchos fraudes. Prometen ganancias pagando a los inversores antiguos con el dinero de los nuevos inversores. Una vez que la entrada de dinero se detiene, el esquema colapsa y los organizadores desaparecen con los fondos.
Plataformas de Trading Falsas: Los estafadores crean sitios web y aplicaciones que simulan ser brokers o plataformas de inversión. La víctima deposita el dinero y puede ver gráficos falsos que muestran ganancias crecientes. Cuando intenta retirar el dinero, la plataforma impide el retiro o desaparece.
Inversiones en Criptomonedas Ficticias: Se promueve la inversión en criptomonedas que no existen o en proyectos de alta rentabilidad inexistentes (como falsos Initial Coin Offerings – ICOs). El factor de novedad y la complejidad de la tecnología facilitan el engaño.
Falsos Asesores (Pump and Dump): El estafador aconseja invertir en una acción o criptoactivo de bajo valor. Primero, ellos mismos lo compran. Luego, promocionan masivamente la inversión (el “pump“). Cuando el precio sube por la demanda, ellos venden sus activos a un alto precio (“dump“), y el resto de los inversores pierde todo su capital.
El principio rector es la “codicia” del inversor. Las oportunidades de inversión legítimas nunca garantizan ganancias y siempre implican riesgos. La clave para la prevención es desconfiar de promesas de riqueza rápida y verificar la licencia de cualquier entidad financiera.
Los Fraudes con WhatsApp constituyen una forma de delito informático que explota la confianza social y la inmediatez de esta aplicación de mensajería. Se trata de maniobras de ingeniería social ejecutadas a través de la plataforma, buscando el apoderamiento ilícito de fondos o la sustracción de datos.
WhatsApp es el medio de comunicación utilizado para el engaño, ya sea por la suplantación de identidad o por la manipulación directa de la víctima.
Estos fraudes se materializan principalmente en las siguientes modalidades:
Secuestro de Cuenta (SIM Swapping y Código de Verificación): El atacante intenta tomar el control de su cuenta de WhatsApp. Envía un código de verificación legítimo y luego, mediante un engaño (por ejemplo, diciendo que fue un error), solicita que se lo reenvíen. Una vez que lo tiene, accede a su cuenta y la bloquea para usted.
Fraude del Familiar o Amigo: Una vez que la cuenta ha sido secuestrada, el estafador se hace pasar por el dueño legítimo (el familiar o amigo). Escribe a los contactos pidiendo dinero urgente (por ejemplo, para pagar una multa, una emergencia o una transferencia) con la promesa de devolverlo pronto. Como el mensaje parece venir de una fuente de confianza, la víctima cede fácilmente al pedido.
Estafa del Empleo Fácil: El delincuente contacta a la víctima con una oferta de trabajo irrealmente sencilla y bien pagada. Por ejemplo, “dar likes a videos” o “hacer reseñas”. Para acceder al supuesto pago, piden pequeñas transferencias de dinero iniciales o la descarga de aplicaciones maliciosas (malware).
Falsos Premios y Concursos: Se envía un mensaje indicando que el usuario ha ganado un premio o sorteo de una marca conocida. Para “reclamar” la recompensa, se solicita hacer clic en un enlace (phishing) o pagar una pequeña suma como “costo de gestión”.
La clave en WhatsApp es la verificación cruzada. Si un amigo o familiar solicita dinero de manera inusual o urgente, siempre se debe confirmar la identidad mediante una llamada telefónica o un contacto alternativo.
El Esquema Ponzi es una estructura de fraude de inversión que constituye un delito contra el orden económico y patrimonial. Su nombre proviene de Charles Ponzi, quien popularizó esta metodología a principios del siglo XX.
Es un mecanismo insostenible que simula ser una inversión de alta rentabilidad. Es, en realidad, una estafa piramidal.
La clave del engaño es muy simple: los supuestos beneficios (intereses) pagados a los inversores iniciales provienen del dinero aportado por los nuevos inversores, y no de ganancias genuinas de una actividad comercial.
El Esquema Ponzi opera bajo las siguientes premisas falsas:
Promesa de Riqueza: Se ofrecen rendimientos financieros inusualmente altos y con un riesgo nulo o muy bajo. Esta promesa atrae a grandes flujos de capital.
Opacidad y Exclusividad: La inversión se presenta como un negocio secreto, exclusivo o complejo, que solo el gestor maneja. Esto evita que los inversores pregunten sobre la fuente real de las ganancias.
El Círculo Vicioso: Mientras la estructura continúa creciendo (es decir, entran nuevos inversores), el sistema puede mantener la ilusión de éxito pagando los dividendos prometidos. Este pago inicial convence a los primeros inversores de volver a invertir y de atraer a más personas a la estafa.
El Colapso Inevitable: El esquema es insostenible por diseño. En algún momento, la cantidad de dinero que sale (pagos a inversores) supera la cantidad de dinero que entra (nuevos inversores). También colapsa si una gran cantidad de inversores intenta retirar su capital al mismo tiempo. Cuando esto ocurre, el gestor desaparece con el dinero restante, dejando a la mayoría de los participantes con pérdidas totales.
Este fraude se ha digitalizado y se encuentra frecuentemente detrás de plataformas de trading engañosas y esquemas de criptomonedas que prometen duplicar el capital en plazos breves. La única forma de subsistir es reclutar constantemente nuevos fondos.
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Egresado de la Universidad de Buenos Aires, con un posgrado en Derecho Penal y titular del estudio jurídico GIT.
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Abogado egresado en la Universidad de Buenos Aires con orientación en Derecho Penal. Estudio los avances en los métodos alternativos para la solución de conflictos penales y el desarrollo de la Criminalidad informática y sus avances legislativos. La experiencia me permite estar altamente capacitado para brindar asesoramiento, patrocinio y asistencia técnica en todas las etapas de un proceso penal en un estricto marco de confidencialidad y con los más altos estándares de ética profesional.